Cristian Llanos[1]
¿Cómo se llegó al enfoque de género desde la práctica del Banco de Datos de DDHH y Violencia Política?
Son varias las ideas relevantes, entre estas, la principal es la referida a las diferencias en el accionar de los violentos según el género y las particularidades en las respuestas que generan hombres y mujeres víctimas. Es decir se parte de evidencias directas en el comportamiento de las poblaciones, lo que amerita incluir el enfoque de género por ser relevante en el proceso de investigación sobre la violencia y la construcción de paz.
Esta investigación centra la atención en la consciencia de lo que sucede y ha acontecido en cada contexto. Lo anterior ha ayudado al equipo CINEP/PPP a desarrollar una interacción congruente con nuestro entorno. De tal forma se permite identificar con mayor fundamento la geografía social de los territorios. Así mismo se revelan críticamente las narrativas que se acercan o se alejan de la categoría de género.
Esta visión ayuda a conocer y discernir la base cultural que se expresa en cada contexto, y desde allí se analizan los tipos de socialización primaria, las relaciones de familia y las comunitarias. El enfoque de género es una buena herramienta que permite ahondar en la observación relacional, que orienta el trabajo de DDHH y las diferentes dimensiones de construcción de paz y reconciliación.
Ello también ayuda a advertir mecanismos de prevención y protección que tengan presente las diferenciaciones de género, sociales y culturales. Como defensores de derechos humanos es posible así, facilitar de mejor forma alternativas de transformación de conflictos lo que constituye un desafío enorme para lograr la transición hacia una sociedad plural, en la que debemos caber todos, como género humano y no como clan, familia, comunidades étnicas o grupo político o económico. Allí esta nuestra fortaleza como proyecto al servicio de las víctimas.
Sin embargo, es pertinente llamar la atención crítica sobre la necesidad de transformar las prácticas de investigación que invisibilizan, marginan o estigmatizan a las personas por su condición de género y no lograr el reconocimiento del otro como sujeto social.
Lo anterior también ha permitido enriquecer el discurso y la práctica de los DDHH y el crecimiento de las personas y organizaciones que se acompañan desde el Cinep/PPP. Éstas han sido competencias aprendidas y desarrolladas en el quehacer del Banco de Datos, apostando por la autonomía de la Red de Bancos de Datos de DDHH donde se pretende contribuir a la transformación de las desigualdades y el respeto a la diferencia.
La inclusión del enfoque de respeto a la diversidad de género permite llegar de manera reflexiva a los diferentes espacios sociales, con las víctimas y sus organizaciones y dar atención a las metodologías y mecanismos como nos relacionamos para aplicar siempre la escucha activa, sin prejuzgar comentarios o acciones.
Reflexiones finales
El equipo de DDHH del Cinep ha aprendido que el análisis del enfoque género no es una categoría exclusiva de las mujeres, que es una categoría relacional que incluye hombres, mujeres, y personas diversas-LGTBI. La importancia radica en analizar las relaciones de poder. Por ende también los hombres se ven abocados a formas de violencia simbólica y cultural, estos análisis pueden profundizarse con el abordaje de las llamadas “nuevas masculinidades”. Por estas razones las discusiones alrededor de la categoría género no son exclusivas de y para las mujeres, también es válido incluir y promover reflexiones entre hombres. Igualmente, atendiendo a la pluralidad de nociones de Construcción de Paz que se han planteado es necesario abrir la posibilidad a temas que pasan desapercibidos como el de la violencia diferenciada.
No es solamente en el discurso donde se debe ser o parecer “equitativo” en el tratamiento del diferente, sino que en la práctica social es mejor usar la alteridad y metodologías específicas que garantizan un acercamiento real a las variadas formas de discriminación de género, con la esperanza de que los seres humanos podemos modificar nuestras conductas para construir conjuntamente una sociedad con aquel que no es o piensa como nosotros.
Es pertinente enfocar el género en términos de las diferentes concepciones de paz que tienen las comunidades étnico territoriales, (indígenas, campesinos, afros u otros grupos), y se debe tener en cuenta los grupos etáreos.
Así mismo conveniente vislumbrar cuál es el camino de la Construcción Paz pensada desde la categoría de género, a partir de explorar las formas como las comunidades más afectadas por el conflicto armado realizan ejercicios colectivos de construcción de Paz, zonas humanitarias en medio de la refriega bélica y la violencia directa. De igual forma, son importantes las modalidades que se desarrollan para evitar la violencia simbólica y cultural que se reproduce a diario en diferentes escenarios sociales.
Las reflexiones en torno a la equidad de género han permitido al equipo de trabajo afianzar unos valores y desaprender otros con los que llegamos, pues uno no vuelve a ser el mismo después de realizar este proceso. Igualmente es posible realizar este mismo tipo de ejercicios enfocado hacía otros temas, como la discriminación étnica o rural/urbana.
En este sentido es válido señalar el aporte que desde el grupo de trabajo se puede hacer en relación a la vinculación del tema en el ámbito laboral. Es una experiencia que puede ser replicada en otros espacios en los que a diario persisten diversas formas de discriminación. Por lo anterior es recomendable realizar una encuesta al interior del Cinep/PPP sobre el uso cotidiano de prácticas que marginan a personas por razones de sus creencias y condición cultural de género
[1] Historiador, candidato a Mg. en Derechos Humanos y Cultura de Paz Pontificia Universidad Javeriana Cali.